Heracles

Heracles fue engendrado por Zeus en la princesa Alcmena, en una de sus correrías, haciéndose pasar por su marido el rey Anfitrión. Cuando nació se le puso el nombre de Palemón, que significa "luchador" como muy pronto tendría  ocasión de demostrar precisamente a Ificles, su hermano gemelo pero hijo del auténtico Anfitrión, y cuyo nombre significa significa "fuerza famosa'.

Hera, la esposa de Zeus, montó en cólera al conocer la noticia de su concepción y trató, primero, evitar su nacimiento y después intentó atentar varias veces contra su vida. En una ocasión en la que los gemelos estaban durmiendo en su cama, envió dos serpientes de escamas azuladas para que acabaran con ellos. Pero Heracles las estranguló con sus manos.

Heracles creció con una fuerza descomunal y adquirió una gran destreza con el arco y las flechas. Después de varias victorias contra los minias, enemigos del rey Creonte de Tebas, se casó con Mégara, su hija mayor,  y su hermano Ificles con la menor.

La diosa Hera ofendida por el éxito y popularidad creciente de Heracles le envió un ataque de locura, que hizo que éste arremetiera contra sus hijos y sobrinos. Cuando recobró la razón, arrepentido de sus acciones, acudió al oráculo de Delfos a pedir consejo, donde allí la pitonisa le auguró: "Palemón en adelante te llamarás Heracles, pues por Hera gozarás de una fama imperecedera". Y también le aconsejó que realizara los trabajos que le encargaría Euristeo, el rey de Tirinto, ya que así conseguiría la inmortalidad.

Los trabajos que le impuso Euristeo fueron doce: dar muerte al león de Nemea; enfrentarse con la Hydra de Lerna, la dragona de las aguas, cortándole todas sus cabezas y que luego se trasladó como recordatorio a una constelación celeste; apoderarse de la cierva de Cerina; capturar al jabalí de Erimanto; limpiar los establos de las Augias; extirpar el pico de las aves estinfálidas; capturar el toro de Creta; apoderarse de las yeguas de Diómedes; conseguir el cinturón de Hipólita; robar los bueyes de Geriones; coger las manzanas de oro del jardín de las Hespérides, custodiadas por Ladón, y capturar a Cerbero, el perro guardián del Tártaro.

Al igual que su divino padre, Heracles mantuvo relaciones con muchas mujeres: repudió a Mégara, casó con Yole, sirvió como esclavo a Onfale, casó de nuevo con Deyanira, tuvo amores con Parténope y con muchas  otras, e incluso las tuvo con una dragona de la que se generó la raza de los escitas.

Fundó numerosas ciudades y se enfrentó también con numerosos dragones como Ladón, Caco, la serpiente de Segaris,  la monstruosa Escila, el monstruo marino que asediaba a la princesa de Troya y en la que pasó tres días en su panza, y, finalmente,  la serpiente moteada de Aqueloo.