Hydra de Lerna

Según Eurípides, cerca de la ciudad de Lerna, existía un monstruo llamado Hydra que era hijo de Tifón y de Equidna. Tenía el cuerpo de perro del que salían nueve cabezas serpentinas, aunque algunos le atribuían más, y que despedían vapores venenosos y vivía bajo un plátano, junto al río Amimona, desde donde aterrorizaba toda la región circundante. 

Euristeo encargó a Heracles acabar con dicho monstruo  por lo que éste marchó a Lerna en su carro de combate acompañado por su sobrino Yolao. Con el fin de hacer salir el monstruo de su guarida, le lanzaron flechas encendidas y cuando por fin salió, Hercules le atacó con su clava, conteniendo el aliento para no envenenarse.

Hydra se enroscó en los pies de Heracles y, cada vez, que éste aplastaba una cabeza, le salía otra en su lugar, por lo que era imposible acabar con él. Entonces Yolao encendió unas ramas del bosque cercano y procedió a cauterizar las heridas de las cabezas, a medida eran aplastadas, con el fin de que no volvieran a reproducirse. De esta forma quedó sólo la cabeza dorada e inmortal de Hydra que fue seccionada, por Heracles, con una cimitarra de oro.