Ladón
Según la mitología griega, en la falda del monte desde donde Atlas sostiene sobre sus hombros la esfera celeste y donde los caballos del sol acaban su jornada, se encontraba el jardín de las Hespérides, que eran las hijas de Atlas.
En medio del jardín se hallaba un manzano de oro, regalo de bodas de la Diosa Tierra Gea, a Hera, la cual para evitar cualquier robo había encargado al dragón Ladón, hijo de Keto, que, enroscado en él, lo vigilara.
Heracles, que fue enviado por Euristeo para robar las manzanas de oro, le dijo a Atlas que le sostendría por un rato la esfera celeste a cambio de que fuera a coger tres manzanas de oro. Este accedió encantado, pero pidió a Heracles que matara antes al dragón, cosa que hizo con una flecha desde encima del muro.
Cuando Atlas volvió con las manzanas le dijo que ya no quería continuar con su tarea de sostener el cielo, ya que había encontrado un buen sustituto. Heracles entonces le dijo que estaba de acuerdo pero le pidió que lo aguantara un momento para poder ponerse una almohadilla en la cabeza, para estar más cómodo. Atlas así lo hizo lo que aprovechó Heracles para irse con las manzanas doradas, dejando de nuevo a Atlas con su pesado trabajo.