Tifón

Según un mito griego, Tifón, hijo de Phorkis y criado por Delfine, aunque otros relatos lo hacen hijo de Equidna. Era el monstruo más grande que jamás existiera, de la cintura hacia abajo era un conjunto de serpientes enroscadas, de sus manos salían innumerables cabezas de serpientes, su cabeza de asno tocaba casi las estrellas, sus alas negras oscurecían el sol, y de su boca salían rocas inflamadas. 

En una ocasión decidió atacar el propio Olímpo. Los dioses, al enterarse, huyeron despavoridos quedando sólo Atenea que convenció a Zeus para que le hiciera frente.

En el primer combate Tifón consiguió arrebatar a Zeus su hoz de pedernal y con ella le cortó los tendones de las piernas que puso, a continuación, en una piel de oso y la dio a Delfine, para que lo vigilase. 

Hermes consiguió con la ayuda de Pan ahuyentar a Delfine y rescatar los tendones del inmovilizado Zeus. Una vez repuesto atacó de nuevo al monstruo desde su carro, lanzando sus formidables rayos que hicieron retroceder a Tifón hasta Sicilia, donde Zeus consiguió enterrarlo arrojándole encima el monte Etna. Por eso puede verse, al monte, humear y sacar fuego en algunas ocasiones. 

Según los mitos griegos, Tifón fue el padre de numerosos monstruos como el dragón de la Cólquide, Quimera o Hydra.