Quimera
En la mitología griega se describe un terrible ser hijo de Tifón y de Equidna, llamado Quimera, que tenía la cabeza de león, el cuerpo de cabra y la cola de serpiente, y que escupía fuego por la boca. Tenía Quimera aterrorizados a todos los habitantes de la Lycia y especialmente a su rey, Iobates, que no sabía como deshacerse de él.
Pasó por la región un joven guerrero llamado Belerofonte al que Iobates le propuso que matara a Quimera. El aceptó pero, antes, de acudir a cumplir su misión, consultó con el adivino Polyidus que le recomendó que consiguiera para la lucha el caballo volador Pegaso.
Belerofonte pasó la noche en el templo de Atenea y ésta le enseñó a domar a Pegaso con unas bridas de oro que le regaló. Belerofonte montó el caballo y se elevó por los aires donde pronto encontró a Quimera, escondida en una nube de tormenta. Cuando ésta abrió la boca para escupir fuego, Belerofonte le introdujo plomo en su interior que, con el contacto con el fuego, se derritió y le quemó las entrañas causándole su muerte inmediata.
Quimera ha quedado como símbolo de algo imposible per ser la mezcla de a león, cabra y serpiente. El hecho de que volara puede indicar que originalmente fuera un conjunto de asterismos como: Leo, Serpens y Capella.