Síbaris

En las laderas del monte Cirfis, cerca de la ciudad griega de Delfos, vivía una enorme dragona llamada Síbaris que tenía atemorizada a la población ya que exigía, cada dia, un muchacho joven y virgen, para devorarlo. Los sacerdotes de Apolo se encargaban de escoger, y preparar, los jóvenes que debían ser entregados a la dragona. 

En una ocasión se escogió a un jóven de gran inteligencia y belleza llamado Alcioneo que, revestido con una túnica blanca y coronado de rosas,  fue conducido entre cánticos al lugar del sacrifício. Al pasar junto a un fuerte guerrero llamado Euribatos, éste se enamoró del jóven y se ofreció para sustituirlo, como sea que los sacerdotes no accedieron por temor a la dragona, Euribatos se unió con Alcioneo para seguir su misma suerte. 

La dragona salió de la cueva esperando ver a un joven indefenso y asustado, pero se encontró con un guerrero que se abalanzó contra ella y la dio muerte. El monstruo desapareció, de inmediato, y en su lugar brotó una fuente que devolvió la fertilidad a las tierras de la región.