Dama del lago

En gran cantidad de cuentos y leyendas medievales, aparece el culto a los cursos de agua, estanques o lagos. En ellos habitan las hadas protectoras o vigilantes de los tesoros que encierran o de los poderes mágicos que contienen el agua, especialmente su poder de dar la fertilidad. En la historia del caballero Lancelot, una hada llamada la Dama del Lago lo apadrina y convierte en caballero. En la leyenda medieval de Mèlusine, aparece ésta como guardiana de la Fuente de la Sed, donde ofrece sus favores a los caballeros que se acercan. 
hay otras damas del lago o sirenas que se dedican a seducir, con sus encantos, a los hombres que se acercan a las aguas, donde suelen peinarse. Normalmente para causar su perdición a continuación. Las dones d'aigua en Cataluña, las Mouras de Galicia y las Culebre, pueden catalogarse en este tipo de hadas. 
En otros casos también, las damas del lago, son mujeres encantadas como sucede en cuentos, de origen celta, como el del de la joven convertida en dragón por una Xana que surge de las aguas con motivo de haber sido enturbiadas por un cabello. Incluso las hay muy malignas como las Vuibres, que raptan las jóvenes mujeres que se acercan al estanque sagrado.
Igualmente aparece este culto entre otras leyendas indoeuropeas como las ninfas griegas o las naginis, mujeres de los nagas hindúes. Estas hadas, como las anteriores, derivan del antiquísimo culto a la diosa de las aguas