Culebre
En una leyenda medieval asturiana, se cuenta la historia de una joven bella, soñadora y caprichosa que se pasaba las horas peinándose su larga cabellera y mirándose su reflejo en las aguas tranquilas de un estanque. Su madre y su abuela siempre le advertían que era peligroso peinarse cerca de un estanque porque si un día se le caía un cabello, el agua se podía enturbiar y la Xana del estanque se enojaría.
En efecto un día un rubio cabello de la joven cayó al agua e inmediatamente surgió la Xana que la encantó con un maleficio convirtiéndola en una culebra de escamas coloreadas, con gran cresta y con dos alas en el torso. Desde entonces vive en una cueva cerca del mar, donde espera que algún día algún caballero se le acerque sin asustarse y sea capaz de besarla, con lo que volvería a su forma original.