Vouibres
Son dragonas que la iconografía provenzal describe con cuerpo de mujer y cola de serpiente, con alas de murciélago y que tienen un brillante carbunclo en medio de su frente que hace las funciones de ojo. Tal es su brillo que, creían que las estrellas fugaces eran vouibres volando en la oscuridad.
Viven en cuevas cerca de los cursos de agua y suelen atacar, e incluso comer, a los hombres que pasan por el lugar. Pero son más conocidas por secuestrar a las mujeres recién paridas que se atreven a acercarse por los estanques donde viven. Las arrastran al fondo del estanque y las obligan a amamantar a sus pequeños dragones, aunque luego las dejan en libertad y las recompensan, con sus tesoros, por los servicios prestados.
Se decía que, una noche al año, estas dragonas son vulnerables ya que se quitan su ojo luminoso para lavarse en el río y, al quedarse ciegas pueden ser atacadas por los hombres. Sin embargo ningún relato narra la muerte de ninguna de ellas. Por sus características parecen melusines que en lugar de proteger a las parturientas, atacan a las que no cumplen los tabúes culturales, como el no bañarse mientras se cría.
En algunas leyendas medievales francesas se dice que, las mujeres raptadas por las vouibres, pueden ver los dragones aunque se presenten con forma humana, si durante su estancia bajo las aguas se frotan los ojos con la pasta de anguila que les dan para alimentarse.