Temporal marino
Uno de los grandes monstruos que aparecen en todas las mitologías son los que personalizan a los temporales marinos que azotan las costas, causando toda clase de destrozos y muerte de ganado y pobladores. En muchos de los relatos toman la forma de enormes dragones marinos que con sus movimientos proporcionan la fuerza de los vientos y de las olas.
Son monstruos del caos y contra ellos se encuentran los grandes héroes, que son capaces de de vencerlos y de hacer retornar el orden a la naturaleza perturbada por sus acciones. Los más antiguos restablecedores del orden contra el caos de la tormenta aparecen en la zona mediterránea del oriente próximo y forman parte de una tradición muy interrelacionada.
Así tenemos el fenicio Baal, el hebreo Yahvé y el mesopotámico Tishpak. Todos ellos son dioses aéreos que viven en las nubes y producen también las tormentas que acaban con la sequía, ya que sólo una fuerza tan grande es capaz de vencer a otra como el temporal marino.
En la mitología griega aparecen grades monstruos marinos que causan las tormentas y asolan las costas como Keto y el dragón marino de Etiopía.
En otra parte del mundo, el Japón, como pueblo insular es lógico que se rindiese homenaje en sus mitos a los poderes causantes de los temporales. En este sentido figura Susa No, el rey del mar, capaz de causar temporales pero también de facilitar la lluvia fertilizadora.