Susa No
Según una antigua tradición japonesa, cuando a Izanagi, después de visitar el inframundo, se le cayeron de la nariz unas gotas de agua, de ahí nació el Susa No, el rey del mar. En un principio se portó de forma malvada ocasionando toda clase de temporales sobre las costas de la Tierra e, incluso, llegó a matar a su hermana Waka Hirume, el alba. Razón por la cual fue condenado a vivir fuera de los cielos para siempre.
Sin embargo, más tarde, cambió de actitud y se dedicó a tomar agua del mar para dejarla caer, en forma de lluvia, sobre la tierra para fertilizarla, en lugar de destruirla.
Se cuenta que, en una ocasión, cuando estaba en Izumo donde los dioses se reunían anualmente, se enteró de los problemas que ocasionaba un Dragón marino a Okuninushi, el dios de la Tierra. Consiguió acabar con el dragón y, por esta hazaña, le fue concedida la mano de la princesa Kushami.