Proteger en el parto 

En la edad media Santa Margarita fue venerada como la protectora de los buenos partos y ha seguido así en la tradición cristiana posterior, donde se la representa frecuentemente saliendo de medio cuerpo de la panza de un dragón.

En Egipto, de donde curiosamente según la leyenda  era originaria Santa Margarita, la protectora de los nacimientos era la diosa Tueris, que se representaba con forma de hipopótamo con  pechos de nodriza, sobre la que se montaba un cocodrilo en clara manifestación de su espíritu acuoso.

O también en mitos muy antiguos como los hebreos aparece Lilith que custodia los recién nacidos.

En todas las culturas aparecen seres protectores de las parturientas como Itzamná que hace esta función entre los aztecas.

Pero también existen numerosas leyendas medievales que hablan de las diosas protectoras de los partos, donde se las representan, en muchas ocasiones, como dragonas con medio cuerpo de mujer como es el caso de las melusines. El nombre de “mèlusine” es una corrupción del nombre latino de la diosa protectora de los partos, Lucine, que en francés pasa a ser "la mère Lucine" y de aquí pasó a "mélusine".

Por otra parte, otros seres mitológicos se relacionaban con el parto en sentido contrario, como es el caso de las Vuibres que perseguían a las mujeres recién paridas que no respetaban los tabúes prescritos. O en los mitos aztecas donde aparecen las Chiuateteos que se dedicaban a robar los niños recién nacidos.