Sigurd

El príncipe Sigurd era hijo del guerrero Sigmund y de la walkiria Sigelund, que al quedarse huérfano fue ahijado por Mime, el enano nibelungo cuya única obsesión era recuperar el tesoro del oro del Rin. Mime enseñó a forjar a Sigurd y le animó a que uniera de nuevo los pedazos de Gram, la espada de su padre, pues sólo un héroe podía hacerlo. Después le indujo a matar al dragón Pfafner, que guardaba el tesoro ambicionado, y planeó deshacerse de él a continuación. 

Los pájaros del bosque advirtieron a Sigurd de la trama y éste acabó con el nibelungo y con el dragón. Se bañó en la sangre del dragón para hacerse invulnerable pero una hoja de tilo cayó en su espalda impidiendo que la sangre mojara esa parte. 

En una de sus aventuras, rescató a la walkiria Brunhilde que estaba encantada en una montaña rodeada de fuego, y ella se enamoró de él. Brunhilde despechada por la falta de correspondencia en sus amores dijo casarse con el guerrero que fuera capaz de derrotarla en un torneo. Sigurd, vistiendo el traje del rey Gunther, la derrotó.

Hagen fiel servidor del rey Gunther, enterado de estas cuitas, decidió matar a Sigurd. Aprovechando una cacería le lanzó una lanza que fue a dar en su espalda justo en el lugar donde era vulnerable. Durante la cremación del cadaver de Sigurd, Brunhilde, desesperada, se suicidó lanzándose montada sobre su propio caballo, a la pira funeraria.

En otros relatos se dice que fue Regin convertido en dragón el que fue muerto por Sigurd y que su sangre es la que le dio la invulnerabilidad.