Pfafner
Entonces los dioses robaron el oro a los enanos y se lo entregaron a los gigantes, cuando terminaron la construcción del puente. Los gigantes, a su vez, lo escondieron en una cueva y encargaron al dragón Pfafner que lo custodiara.
Un joven llamado Sigurd (o Sigfred) fue animado por Mime, uno de los nibelungos, a efectuar la hazaña de matar un dragón utilizando Gram (o Nothung) la espada de su padre. Entusiasmado Sigurd se adentró con la espada en el bosque a la búsqueda de la cueva del dragón.
Cuando lo encontró y éste lo acometió, le clavó la espada en el cuello y lo mató. Una gota de la sangre del dragón fue a parar a sus labios concediendole la capacidad de entender el lenguaje de los pájaros. Así los pájaros le explicaron que un baño con la sangre del dragón le haría invulnerable y que, en realidad, Mime le había engañado con el fin de apoderarse del tesoro.
Sigurd tomó sólo del tesoro: el casco de la invisibilidad y el anillo nibelungo, luego se bañó en la sangre del dragón y finalmente volvió y dio muerte al enano Mime.