Gilgamesh

Gilgamesh, hijo de Lugalbanda, era rey de la ciudad de Uruk, admirado por su belleza y fortaleza. Junto con su amigo Enkidú, se propuso aventurarse al interior de los bosques del Líbano, donde tenía su trono la gran diosa Inanna, con el fin de cortar sus cedros sagrados y proporcionar a su ciudad la preciada madera. Para ello se tuvieron que enfrentar con su guardián el dragón Hubawa, al que mataron.

Los dioses reunidos a instancias de Inanna, decidieron enviar una enfermedad a Enkidú que le causó la muerte. Desesperado Gilgamesh decidió dedicar su vida a la busqueda de la planta de la inmortalidad que, según le indicaron estaba en poder de Sisudra, el que con su arca consiguiera salvarse del diluvio universal y que ahora vivía, inmortal, en los confines de la tierra. 

Tras múltiples vicisitudes consiguió llegar hasta Sisudra, superviviente del diluvio, y que éste le entregara la ansiada planta. Pero en el viaje de retorno mientras dormía, una serpiente salió de las aguas del rio y se comió la planta, a continuación mudó de piel y regresó a su morada. Por eso se dice que son inmortales.

Gilgamesh resignado volvió a Uruk donde acabó sus dias como un buen rey.