Culebre de la Gotera
En una leyenda medieval se cuenta que cerca de un pequeño pueblo leones, llamado La Vid, existía un dragón de grandes dimensiones que aplacaba su voracidad exigiendo una oveja diaria a los aldeanos que, si no se la daban, amenazaba con soltar el agua remansada e inundar las tierras. El caso es que cuando le tocó el turno de alimentar al culebre a un vecino de La Vid al que, como no tenía ovejas, le exigió entregar a su hija. La muchacha, viéndose perdida, pidió ayuda a San Lorenzo, el cual vino en su ayuda con sus dos hermanos más pequeños, Vicente y Pelayo.
Lorenzo y sus hermanos prepararon una enorme hogaza de pan, mezclada con tierra carbonosa de los alrededores a la que, cuando avistaron al dragón, la rellenaron de hierros candentes y se escondieron. El dragón al ver el pan se lo engulló de un bocado con lo que se abrasó su interior con los hierros candentes. Lanzó un formidable bramido y murió.
Se cuenta que el bramido fue tan grande que los hermanos del santo murieron de terror allí mismo, o de un coletazo del dragón según otros, y fueron enterrados en la ermita de Santa Gotera. San Lorenzo utilizó las descomunales costillas del dragón para construir el armazón de dicha ermita, como arcos los de los monasterios.