Tristan

Tristán, según la leyenda céltica era uno de los caballeros de la tabla redonda. Sin embargo en posteriores narraciones pasa a ser un caballero de la corte de su tío el rey Marcos de Cornwell.

Al parecer, Anguish, rey de Irlanda exigía un tributo anual de sesenta jóvenes al reino de Cornwell. En una ocasión Morold cuñado del rey de Irlanda, fue a reclamar el tributo pero, al llegar, se encontró con el joven Tristán que le retó en combate singular en una isleta cerca de la costa. El escudo de Tristán era el de un jabalí negro mientras que el de Morold era un dragón. Tras un violento combate, Tristán hundió su espada en la cabeza de su adversario, atravesando su yelmo e incrustando en su cráneo. 

Trasladados los restos a Irlanda, su hermana, la reina Isolda acompañada de su hija del mismo nombre, amortajaron el cadáver y le extrajeron del cráneo un pedazo de acero que se había desprendido de la espada de Tristán.

Más tarde, Tristán fue enviado por el rey Marcos para pedir la mano de Isolda, la hija de Anguish, que era la recompensa por librar Irlanda de la devastación que ocasionaba un dragón. A punto estuvo de no poder acreditar la hazaña ya que un tramposo cortó la cabeza del dragón mientras que Tristan se refrescaba en el río después el combate.

Una vez que demostró la autoría de la muerte del dragón consiguió la mano de la princesa Isolda para su tío pero, en el viaje de regreso, ambos bebieron una poción mágica que los hizo enamorarse.

Tristan fue desterrado a Bretaña donde tras ser herido por una lanza envenenada, murió en brazos de Isolda.