La novia del Lindwurm
Según un relato escandinavo existía un Lindwurm, o Lindorm, que exigió esposarse con una doncella antes de que lo pudiera hacer el príncipe heredero de la región. El príncipe intentó, en vano, satisfacer los deseos del Lindorm ya que rechazó a todas las que le presentó.
Hasta que una joven, que había sido elegida para ser la siguiente en probar suerte, se dirigió a un adivino que la tranquilizó y le dio las instrucciones de como debía proceder. Al día siguiente la doncella se presentó ante el Lindorm vestida con mucho ropaje y, cuando éste la requirió para que se desvistiera, ella le dijo que lo haría sin temor si él también procedía a mudarse de piel cada vez que ella se quitase una prenda.
Así lo hicieron y, cuando ella quedó desnuda frente al Lindorm, a éste sólo le quedaba una piel muy fina y casi transparente que permitía ver el cuerpo de un hombre dentro de ella. Cuando el Lindorm la abrazó, enroscándose en torno a ella, se rompió la última piel y la joven se vio en brazos de un hermoso joven.
De esta forma la doncella consiguió eliminar el encantamiento que había envuelto al joven con diversas capas de piel de dragón como consecuencia de que su madre había comido una cebolla entera antes de su nacimiento. Y de esta forma se convirtió en su esposa.