Dragones de Demeter
En la primitiva mitología griega se representa a la diosa Demeter montada en un carro arrastrado por dos grandes dragones. La explicación que se da es que en la época cuando reinaba la diosa Demeter, Ceres en la mitología romana, no existían caballos domesticados por lo que tenía que uncir su carro con dos dragones.
Cuenta la leyenda que Demeter enseñó la tecnología agrícola a Triptolemo, al que regaló un arado de madera y un saco de simientes y que, con el fin de que la difundiera lo más rápidamente posible por toda la humanidad, le prestó su carro.
De esta forma recorrió la Tracia y al llegar a la ciudad de Getes su rey, llamado Karnabón, intentó parar la difusión de ésta técnica hacia sus vecinos, para lo cual ordenó matar a uno de los dragones del carro. Demeter, enterada de esta acción, unció un nuevo dragón al carro para permitir a Triptolemo continuar su misión y castigó a Karnabón a figurar en el cielo como la constelación de Ofiuco sosteniendo el dragón en sus manos, la constelación de Serpens, como ejemplo para toda la humanidad.
Se cuenta también que los dragones de la diosa guardaban la cueva donde descansaba y que, en una ocasión fueron ahuyentados por Zeus Meliquios para poder yacer con ella.