Draga

Cerca del lago de Banyoles, al norte de Cataluña existía, según una leyenda medieval, un voraz dragón que tenía aterrorizada a la población de la región. La denominaban Draga y se dedicaba a , secar las fuentes y matar el ganado. Se cuenta que el propio Carlomagno al frente de sus tropas francas intentó matar al dragón, pero que fracasó. Para evitar sus destrozos, los campesinos acordaron entregarle cada día un niño para que fuera devorado. 

El tributo se sorteaba entre los ciudadanos y una vez fue a tocar a una sobrina del abad del monasterio. Ésta desconsolada fue a pedir ayuda a su tío el cual, apiadado de su situación, decidió enfrentarse con el dragón y terminar con su amenaza. Para ello se invistió con todos sus atributos religiosos, y se dirigió hacia el "clot del drac", lugar donde vivía el dragón. Cuando el dragón lo vio se le abalanzó abriendo su enorme boca para atacarlo, pero el abad le tiró su estola sobre su cuello y éste se amansó inmediatamente. Reducido de esta forma el dragón, fue llevado hasta la plaza de la ciudad donde sus habitantes le dieron muerte.