Senmurw

En algunos relatos muy antiguos aparece el nombre de Senmurw referido a un dragón alado con cabeza de perro y alas de murciélago. Posteriormente estas características fueron trasladadas, en la tradición irania, al gigantesco pájaro Simurg. 

El Simurg vivía en la cima del monte Elburz, donde fue abandonado Zal, el recién nacido hijo  del rey Sam, dado que por su aspecto albino parecía ser hijo de un demonio. Allí fue encontrado y criado por el Simurg hasta que lo devolvió, ya hecho un hombre, a su padre Sam, entregándole una pluma para que la encendiera en caso de peligro. 

Zal se casó y, cuando su mujer fue de parto, al ver las dificultades del alumbramiento, encendió la pluma y, a la vista del humo, apareció rápidamente el Simurg  que le aconsejó una cesárea a su esposa y las pócimas necesarias para curar las heridas. De esta forma nació el héroe Rustam

Cuando Rustam tuvo que enfrentarse con Isfandiyar en singular combate, en los primeros encuentros salió tan mal parado que tuvo que llamar al Simurg en su auxilio, el cual extrajo ocho flechas a él y seis a su caballo, curando después las heridas con sus plumas. A continuación le explicó a Rustam como fabricar una flecha mágica, con dos puntas y tres plumas, con la que, al introducirla en el ojo de su enemigo, pudo vencer su inmortalidad y derrotarlo.