San Hermentaire
Una leyenda provenzal dice que un obispo de Antibes, llamado Hermentaire, acudió enviado por Dios a socorrer a un pueblo de ligures amenazados por un dragón.
Cuando llegó al lugar un guerrero del pueblo le llevó hasta las marismas donde vivía el dragón. El guerrero se escondió y vio como el dragón se lanzaba sobre el obispo mientras rezaba arrodillado. El dragón al llegar afrente a él se paró en seco y entonces el obispo abrió sus brazos y el dragón desapareció para no volver nunca más.
La población, agradecida y maravillada, se convirtió al cristianismo y recordó esta hazaña celebrando sus fiestas en el día de Pentecostés.