La Gargouille

En un bosque de las afueras de Rouen, en la Francia medieval, vivía un dragón que devastaba los campos de los alrededores de la ciudad. Se le denominaba la Gargouille, que significa "gargantona", debido a la voracidad con que se comía los animales de la región. 

El arzobispo de Rouen, llamado Román, decidió acabar con el monstruo y así dar la paz a sus feligreses. Para ello solicitó ayuda pero, como nadie se atrevía a acompañarlo, finalmente accedió a que le acompañase un condenado a muerte que, a cambio, solicitó su libertad. 

Al enfrentarse con el dragón consiguió amansarlo enseñándole el signo de la cruz y, de esta forma lo llevaron hasta la plaza de la ciudad donde fue quemado públicamente.