La Peluda
En Francia, en las orillas del río Huisne, durante el medioevo aparecía, según una vieja tradición, un dragón con forma de serpiente totalmente cubierta de de plumas y pinchos de color verde, que le daban la apariencia, cuando permanecía quieta, de una parte del follaje de la ribera del río.
Tenía dos patas de tortuga, largas espinas o pinchos que podía lanzarlos como jabalinas venenosas a varios metros de distancia y por su boca podía también lanzar grandes llamaradas.
Solía comer del ganado disperso por la zona y ocasionalmente niños y doncellas que acudían al peligroso río. Su tamaño era tan grande que ocasionaba inundaciones al pasar cerca de las orillas.
Al parecer una vez mientras intentaba atacar a una joven, su novio se colocó detrás de la Peluda y le cortó de un tajo parte de su cola, que es la única parte no protegida del animal con lo que murió desangrado en la orilla.