Dragón de Aix-en-Provence

Según una leyenda medieval, en la región de la Provenza francesa vivía un dragón que aterrorizaba la población sin que nadie fuera capaz de acabar con él. 

Santa Margarita que vivía en dicha región se apiadó de sus habitantes y fue a enfrentarse  con el dragón armada únicamente con su fe cristiana. 

Al verla el dragón, se abalanzó contra ella y se la tragó de un sólo bocado. La santa al llegar al estómago del monstruo hizo la señal de la cruz, santiguándose con su mano, y en ese mismo instante el vientre del dragón estalló dejando salir libre a la santa intacta. De esta forma el dragón fue muerto por la santa y liberada la región de su terrible influencia. 

En la profusa imaginería de Santa Margarita, aparece ésta saliendo del interior de un dragón abatido, con las manos juntas en posición de oración.