Vritra

En la mitología védica se cuenta que, en un principio, existían los dioses Aditias que luchaban contra sus enemigos los demonios Rakshasas, cuyo jefe tenía la forma de una gigantesca serpiente y se denominaba Vritra. 

Vritra retenía las aguas cósmicas que daban la fecundidad a la tierra y que además contenían el sol en estado embrionario, por lo que al no poder existir, no podía ponerse orden sobre la tierra. En los primeros combates por liberar las aguas los dioses fueron derrotados, entonces recurrieron al joven dios Indra, para que los dirigiera en la lucha. 

Indra formó una tormenta, montó sobre su carro y armado con su rayo Vajra se lanzó sobre Vritra. En el primer embate Vritra rompió la mandíbula de Indra y los cielos se estremecieron con gran estruendo, pero entonces Indra le lanzó su rayo que le machacó el cráneo y lo mató. Al instante salió su madre Danu, para ayudarlo, pero Indra también la mató. 

Al momento las aguas comenzaron a salir de su escondite y llenaron el océano celestial desde donde riegan la tierra y permiten que el sol transcurra por su sendero.