Samba Gana
En un cuento del Mali se habla de un guerrero llamado Samba Gana que cuando cumplió la mayoría de edad se fue de su casa para ganarse sus tierras y sustento. Junto a su compañero Tarafa marchó al poblado más cercano y después de derrotar a su príncipe, ante sus demandas de clemencia, se rió sonoramente y le dijo que podía quedarse en el poblado ya que no significaba nada para él.
Así fue haciendo en un poblado tras otro. Un día oyó que Tarafa cantaba una canción que hablaba de una princesa llamada Annallya Tu Bari muy bella que ofrecía casarse con aquel que le conquistara la villa de su padre y 80 poblados más y que, además, la hiciera reir. Interesado por el relato caminó con su amigo dia y noche hasta llegar donde estaba la princesa y, al verla tan bella, se enamoró al instante.
Conquistó uno tras otro todos los poblados que le pidió pero la princesa no rió, sino que le pidió que acabara con la serpiente de la sequía que estaba produciendo estragos en la región. Samba Gana fue en busca de la serpiente atravesando poblados hasta los confines de la región por donde transcurrían los bancos de arena del gran rio. Allí la encontró.
La lucha fue tan terrible que duró ocho años. Finalmente Samba Gana la mató. Envió a su compañero tarafa con la espada ensangrentada para que se la enseñara a la princesa. pero la princesa no se rió y pidió que le trajeran su cuerpo y que desviara el rio donde se encontraba hasta el mismo poblado.
Samba Gana entendió que la princesa era inasequible y, en un acto de desesperación, se clavó su espada en el corazón no sin antes soltar una sonora carcajada, como era su costumbre.