Rahu

En una ocasión el gran dios Vishnú se dispuso a fabricar el Amrita, la bebida sagrada de los dioses, batiendo el “mar de leche”. Para ello utilizó la montaña Mandara como agitador, en torno a la cual había enrollado a la gran serpiente Vasuki, y bajo ella, dispuso como soporte, a Kurma el rey de las tortugas.

Los dioses estiraban de la cola de la serpiente y los demonios de su cabeza, haciendo así girar la montaña sobre la tortuga. Como consecuencia de la fricción, salió de las fauces de la serpiente unas nubes que descargaban lluvia sobre la montaña. Un fuego fue lanzado sobre la montaña quemando árboles y frutos, cuyas resinas y zumos caían sobre el mar de leche, hasta que se formó el Amrita, como una mantequilla líquida y condimentada, que Dhawantari, el físico de los dioses, recogió en una copa de oro.

Entonces el demonio Rahu se abalanzó sobre el brebaje dispuesto a tomar el primer sorbo. Surya (el sol) y Soma (la luna) se dieron cuenta y avisaron a Vishnú. Este lanzó rápidamente su disco que cortó la cabeza de Rahu antes de que el líquido la alcanzara su garganta. Pero la cabeza y el cuerpo de Rahu, que ya se habían convertido en inmortales por el efecto del Amrita, fueron lanzados por Vishnú al cielo donde vagan eternamente.

La cabeza de Rahu persigue sin descanso, como venganza, al sol y a la luna y, cuando los alcanza, los engulle. Pero al poco rato vuelven a aparecer por su garganta cortada, al no existir un cuerpo que los retenga. Relato que corresponde a la explicación mítica de los eclipses.