Marina
Según una leyenda eslava, vivía en un palacio de Kiev una bruja llamada Marina que tenía como compañero a un dragón. Al parecer se dedicaba a seducir matadores de dragones, que debían acudir en busca de su dragón compañero, para convertirlos en bueyes, cerdos o urracas. Se cuenta que, en una ocasión, intentó seducir a Dobrynja Nikitich pero no lo consiguió y éste le mató una de sus palomas mágicas. En venganza, más tarde, consiguió convertirlo también en buey.
Finalmente uno de los matadores de dragones fue capaz de seducirla realmente y, en ausencia de sus guardianes, la mató y le cortó la cabeza.