La madre de los escitas

Los escitas hacen derivar su origen del propio Heracles del que se cuenta que se encontró, en uno de sus trabajos, con una dragona que en realidad era una manifestación de la Madre Tierra. Al darle tres besos se convirtió en su amante y la dejó embarazada de trillizos. 

Ella preguntó, a Heracles, si quería que cuando crecieran se los enviara o que, por el contrario, prefería que se quedaran con ella. Heracles le dio uno de sus arcos y su cinturón y le contestó que era mejor que se quedaran con ella pero que los observara atentamente, de forma que si alguno de ellos fuera capaz de encorvar su arco y de ceñirse el cinturón como él lo hacía, lo eligiera gobernante de su país. 

Pasado su debido tiempo, dio a luz a los tres hijos: Agatirso,Gelono y Escites. Sólo este último fue capaz de realizar lo que hacía su padre, por lo que se convirtió en el antecesor de todos los escitas, maestros en el dominio del arco y que llevaban un extraño cinturón con una copa de oro colgando de su broche, como el que le diera Heracles.