Kur
En una primitiva narración sumeria aparece el dragón Kur, que significa montaña, aunque más bien en el contexto del relato debe significar "dragón del mundo subterraneo". Este dragón, según este relato, habitaba las montañas que separan la tierra de las aguas que la rodean y que son la entrada del mundo subterráneo.
Este dragón, en el principio de los tiempos, raptó a la diosa Ereshkigal y se la llevó a su mundo subterráneo. El dios Enki salió con su nave en persecución del raptor. Pero Kur, agazapado en sus montes, le lanzaba enormes piedras para detener la nave. Finalmente la nave de Enki quedó destrozada pero, a pesar de todo, Enki siguió adelante. Las tablillas que relatan esta historia están muy deterioradas, a partir de este punto por lo que no se sabe como consiguió finalmente dominar al dragón y liberar a la diosa.
En otro relato es el dios Ninurta quién persigue y mata a Kur, consiguiendo así liberar las aguas que este tenía retenidas y, para prevenir inundaciones, con el propio cuerpo de Kur fabricó los muros de contención a lo largo de los canales que irrigaban las tierras de Mesopotamia.