Herensugue del monte Aralar

En una narración medieval vasca se habla de una serpiente alada, o dragón alado, que vivía en una cueva en el monte Aralar y que exigía una víctima humana cada día. Para apaciguarlo los vecinos echaban a suertes quién debía ser la ofrenda de cada día. 

En una ocasión le tocó a una hermosa doncella hija de uno de los vecinos del pueblo pero, sucedió entonces, que pasaba por aquel lugar el noble don Teodosio. Éste, enterado del hecho, se apiadó de ella y se ofreció a sustituirla justo cuando iba a ser entregada al dragón. 

Al rato de estar al pie de la cueva salió el dragón que, sin perder un instante, se abalanzó sobre don Teodosio y se lo tragó de un bocado hasta la cintura. Don Teodosio invocó, entonces, a San Miguel que bajó inmediatamente de los cielos, mató al dragón, y liberó a don Teodosio de sus fauces.