El dragón vampiro
Cuenta una leyenda de origen celta, que existía un dragón en un lago que cada día se dedicaba a consumir la vida de los hijos del rey del Sufrimiento, chupándoles toda su sangre. El rey por la noche los retornaba a la vida sumergiéndolos en el caldero mágico de la resurrección, pero no podía acabar con aquel ciclo infernal.
Al pasar por el lugar el caballero Perceval, fue requerido para acabar con dicho dragón, aceptó y se dirigió hacia el lago, en su busca. Antes de llegar se le apareció una hermosa mujer que le solicitó su amor a cambio de su ayuda para acabar con el dragón sin riesgo. Perceval accedió y ella, una vez satisfecha en su deseo, le dio una piedra mágica capaz de volver invisible a quién la tuviera.
Siguió más adelante donde encontró un cazador que le indicó el camino para llegar a la cueva donde se ocultaba el dragón. Entonces, haciéndose invisible gracias a la piedra mágica, consiguió acercarse a él sin que lo viera, lo mató, y le cortó la cabeza para llevarla al rey del Sufrimiento como prueba de la liberación del mal de sus hijos.