Druk

En un cuento tibetano se narra la historia de dos hermanos que, abandonados en el bosque, criaron parejas de animales salvajes de: tigres, osos, lobos, leones, zorros y conejos. Cuando se hicieron hombres se separaron yendo uno hacia el norte y el otro hacia el sur. 

El que fue hacia el sur se encontró con un reino atemorizado por un poderoso dragón, el Druk, que vivia en las nubes y que exigía, cada año, una muchacha nacida en el año del tigre y, si no lo coseguía, amenazaba con devorar a todos sus habitantes. 

En aquel año no se habían encontrado más muchachas para ofrecer que la propia hija del rey, ya que las demás ya habían sido sacrificadas. Cuando el muchacho llegó se encontró con la comitiva que se dirigía para entregar a la princesa y, al enterarse de la situación, se ofreció para matar al dragón. 

El dragón cuando vio llegar al joven, acompañado de sus animales salvajes, se abalanzó sobre él. Pero el león de las nieves lo sujetó con sus garras mientras que el tigre, el oso y el lobo lo despedazaron. 

El joven le cortó la cabeza y la lengua, que envolvió en un paño y se la guardó. Del esfuerzo realizado se quedó dormido y, cuando pasó por allí la comitiva con la princesa, uno de los cortesanos robó la cabeza del dragón y volvió a presentarse al rey como matador del dragón y a reclamar la mano de la princesa. 

Cuando estaban a punto de celebrarse los esponsales de la princesa con el impostor, apareció el joven y ordenó que abrieran las fauces, de la cabeza del dragón, donde todos pudieron ver que la lengua que faltaba la  tenía él como prueba de su hazaña.