Chien Tang
Se cuenta que en en los alrededores del lago Tung Ting se encontraba un reino gobernado por dos dragones hermanos. Uno, llamado Chien Tang, era tan despiadado que sólo se ensañaba provocando huracanes y tormentas sin tener piedad de los habitantes de la región. Por ello el dragón Emperador de los Cielos lo confinó en un subterráneo de su palacio, encadenado a unas columnas, mientras que concedió a su hermano el gobierno de su reino en solitario. Así mismo se le retiró la potestad de transformarse en humano como los otros dragones podían hacer.
En una ocasión acudió a dicho reino, un joven estudiante llamado Liu Ye que informó que la hija del rey dragón no era correspondida por el príncipe dragón a quién había sido dada en matrimonio y que había sido humillada por éste. Al oír tales palabras el padre de la princesa montó en cólera pero aun más su hermano encadenado que, rompiendo sus cadenas, apareció en la sala de la corte y se precipitó al exterior clamando venganza.
Chien Tang sacó de su cauce el río Ching donde moraba el pretendiente de su sobrina y, de esta forma arrasó las cosechas y ahogó gran cantidad de los habitantes de su valle.
Luego, arrepentido de su acción subió a ver al Emperador de los Cielos y pidió perdón. Éste se lo concedió y también le levantó el castigo que hacía años le había impuesto. Finalmente Chien Tang encontró a su sobrina y la llevó sana y salva ante la presencia de su hermano.