William de Somerville
William, o también llamado John en otros relatos, de Somerville era el señor de Larriston, donde era conocido por su valentía por todos sus vecinos. Se cuenta en una leyenda que, cuando conoció la existencia de un dragón que causaba estragos cerca de la población de Jedburg, salió inmediatamente en su busca. Lo encontró y lo observó cuidadosamente. Observó que antes de tragarse objetos muy grandes permanecía un rato quieto con la boca abierta.
Entonces encargó al herrero del pueblo que le fabricara una lanza con un recipiente en la parte superior donde alojar brea y otros materiales inflamables. Así con su lanza encendida acudió al lugar donde se escondía el dragón. Éste salió a su encuentro pero como vio que el caballero lanza en ristre y montado en su caballo era un bocado muy grande se quedó quieto con la boca bien abierta, tal como esperaba William. Entonces aprovechó para introducir su lanza encendida, lo más adentro que pudo de sus fauces abiertas.
El dragón cayó abrasado por el fuego, retorciéndose por los campos hasta morir, y el caballero regresó triunfante a la población donde fue aclamado por todo el mundo.